La campeona israelí Inbar Lanir ganó recientemente la medalla de plata de judo en las Olimpiadas. Pero ese no es su mayor logro.
Inbar comenzó a entrenarse en judo cuando tenía apenas cinco años. De pequeña, se debatió entre el judo y el ballet y casi abandona el deporte por una alternativa más femenina. En una publicación de Instagram en el 2023, Inbar escribió que temía desarrollar músculos, pero que sabía que la verdadera belleza surge del interior.
A pesar de sus dudas iniciales, Inbar continuó entrenándose y creciendo en su deporte. Ella ganó competencias en Israel y en el exterior, siempre con el sueño de llegar a ganar una medalla en las Olimpiadas de París. Su trayecto fue uno de perseverancia, dedicación y la búsqueda constante de la excelencia.
El año 2023 fue especialmente auspicioso para Inbar que ganó grandes competencias en Qatar y Budapest. Su duro trabajo y su determinación culminaron cuando fue designada por la Unión Europea de Judo como la atleta del año 2023. Estas victorias no fueron sólo triunfos personales, sino también una fuente de orgullo para su país.
Siendo una israelí orgullosa, cuando Inbar ganó la competencia en Qatar, dijo: "Estoy feliz de dedicar la medalla a los habitantes del sur de Israel, que están pasando un momento muy difícil, a los soldados de la Fuerza de Defensa de Israel, y a todo el estado de Israel. Para mí era muy importante hacer algo bueno en una época tan compleja y difícil".
Tras los ataques terroristas del 7 de octubre, el mundo fue testigo de la profunda unidad que define al pueblo judío. Inbar fue uno de los héroes que brillaron con luz propia. Los atletas olímpicos dedican toda su vida a intentar conseguir sus medallas, pero cinco días después del 7 de octubre, Inbar encontró algo más importante que hacer. Ella se ofreció como voluntaria para ayudar a las familias de los reservistas con tareas como hacer las compras y cuidar a los niños.
La madre de una familia a la que ayudó publicó en Instagram: "Ella me ayudó con mis hijas, cocinó y limpió la casa. Sólo después me di cuenta de que esa persona que nos estaba ayudando era la única e inimitable Inbar Lanir. En vez de entrenarse para las Olimpiadas, eligió hacer de babysitter. Deben saber que detrás de esa medalla se esconde una mujer con un corazón de oro. Completamente modesta y con una sonrisa que nunca abandona su rostro. Inbar, te queremos".
Si bien es crucial esforzarse por la excelencia personal, nuestro verdadero valor se demuestra por la forma en que servimos a los demás.
Si bien su medalla de plata simboliza su excelencia en el judo, son sus actos durante esta crisis los que realmente resaltan por qué ella es una heroína moderna de Israel. La Mishná nos dice: "Si no estoy para mí mismo, ¿quién lo estará? Si sólo estoy para mí mismo, ¿qué es lo que soy?".
A primera vista, esto parece contradictorio. ¿El judío debe darle prioridad a su propio ser o debe actuar en bien de los demás? Inbar Lanir personifica la respuesta. Ella ejemplifica que si bien es crucial esforzarse por la excelencia personal, nuestro verdadero valor se demuestra por la forma en que servimos a los demás. Cuando el pueblo judío la necesitó, Inbar dejó de lado sus ambiciones personales para ocuparse de aquellos que la necesitaban.
La historia del éxito atlético de Inbar es sólo parte de la imagen. Su camino en el judo es un testamento a su dedicación y duro trabajo, pero sus actos fuera de la estera revelan su verdadero carácter. Inbar es un brillante ejemplo de cómo podemos ganar la medalla de oro en la vida con actos de bondad. Su medalla olímpica quedará registrada en la historia, pero sus actos de compasión y bondad quedarán registrados para la eternidad.
El camino de Inbar Lanir nos recuerda que nuestros mayores logros a menudo son aquellos que no pueden medirse por los premios o galardones, sino por el impacto positivo que tenemos en el mundo que nos rodea.
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