La porción de la Torá de esta semana describe los intrincados detalles del Tabernáculo y su ensamblaje. El Tabernáculo era un lugar sagrado en este mundo donde residiría la Presencia de Dios. Pero, ¿qué tiene que ver esto con mi vida hoy, cuando no hay Tabernáculo?
Lección:
Nuestros Sabios nos dicen que todos somos un microcosmos del Tabernáculo. Así como en el Tabernáculo cada pequeña complejidad, cada detalle minucioso, cada pequeño aspecto fue considerado para optimizar la santidad del Tabernáculo, también Dios orquesta cada detalle de nuestras vidas para sacar a relucir nuestra santidad. Cada detalle, interacción, circunstancia, relación, acontecimiento de nuestra vida está perfectamente diseñado sólo para nosotros, para ayudarnos a alcanzar nuestro mayor y más santo potencial, para que realmente podamos brillar.
Nuestra parashá también nos dice que la dedicación del Tabernáculo duró siete días, en los cuales Moshé erigió y desmanteló el Tabernáculo cada día, hasta llegar al octavo día. Aquí también, el Tabernáculo es análogo a todas nuestras vidas. Cada vez que Moshé pasaba por el proceso de desmantelar y reconstruir, nos otorgaba la fuerza y el ánimo para reconstruirnos a nosotros mismos en diferentes etapas de nuestras vidas. Todos tenemos en nuestras vidas momentos en los que nos sentimos decaídos y desanimados, pero Moshé nos infundió la fuerza para levantarnos, reconstruir, seguir intentándolo.
Dios sabe que somos humanos y falibles. Pero Él nos pidió a nosotros, los seres humanos, que creáramos y construyéramos un lugar para Él. La gloria de Dios reposó en la obra del hombre; el Tabernáculo, lo que construimos nosotros, los humanos, con la radiancia de Dios. También tenemos el poder de construir y reconstruirnos a nosotros mismos, sin importar lo lejos que creamos haber caído. Cada vez que nos levantamos, brillamos un poco más con la gloria de Dios.
¿Cómo fue que Moshé pudo llevar a cabo una tarea tan gigantesca como ensamblar el Tabernáculo? Al ver lo pesado que era, él le preguntó a Dios: "¿Cómo puede alguien erigirlo?"
Rashi, un famoso comentarista de la Torá, dice que Dios le dijo que sólo hiciera el intento, y el Tabernáculo se erigiría por sí mismo. Esto queda reflejado en el tiempo pasivo de “el Tabernáculo fue erigido”. Este es el secreto: sólo debemos desear crear un espacio para Dios, ver Sus milagros y Su Mano en cada detalle y en cada etapa de nuestras vidas, y querer crecer y desarrollarnos para sacar a la luz nuestro máximo y más sagrado potencial. Así lograremos crear un espacio óptimo para Dios y ser verdaderamente como el Tabernáculo.
Ejercicio:
Piensa en ti mismo como un Tabernáculo, un lugar donde la Presencia de Dios quiere estar. ¿Qué acciones puedes tomar hoy para invitar a Dios un poco más a tu espacio?
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