La porción de la Torá de esta semana discute una situación en la que una mujer (la sotá) es acusada por su esposo de adulterio. Esta mujer casada se ha aislado con un hombre que no era su esposo el tiempo suficiente para cohabitar con él. Antes de este evento, el esposo le había advertido que no se aislara con el hombre, pero la mujer no prestó atención a la advertencia y se puso de nuevo en una situación precaria. Dos testigos testificaron que vieron a la mujer casada y al hombre a solas, descartando que se trate de un esposo excesivamente paranoico.
Hay un protocolo muy detallado –y sobrenatural– para determinar si esta mujer es culpable o inocente. Si la mujer resulta inocente, la Torá nos dice que ella "concebirá". El famoso comentarista de la Torá, Rashi, explica que esto significa que ella tendrá hijos y, si previamente tuvo un parto difícil, ahora tendrá uno fácil. Otros famosos comentaristas de la Torá, como el Ibn Ezra y el Rashbam, explican que esto significa que Dios la bendecirá con un hijo para compensarla por su sufrimiento. (5:11-28).
Aunque es muy bonito que Dios la bendiga con un hijo por su sufrimiento y humillación, ella no es completamente inocente. Toda la situación surgió porque ella se aisló con un hombre después de que su esposo ya le pidiera que no lo hiciera. Entonces, ¿por qué es recompensada?
Lección:
Aunque todos aspiramos a ser nuestra mejor versión, a veces cometemos errores. ¡Gracias a Dios, somos humanos! Hay errores que cometemos y sólo nos damos cuenta de que nos equivocamos después del hecho. Hay errores que cometemos y nos damos cuenta de ellos mientras los estamos cometiendo. También hay errores que cometemos, siendo completamente conscientes de que no son la decisión correcta, pero sentimos que la decisión correcta es demasiado difícil y está más allá de lo que podemos hacer.
La sotá en la porción de la Torá de esta semana comete un error, no sólo una sino dos veces. No fue una casualidad que se encontrara en esta situación precaria; ella misma se puso en esa situación. Rav El Elia Lopian zt”l explica que, a pesar de haberse puesto en una situación de fracaso, ella superó su ietzer hará (su inclinación al mal), en su punto más alto, y fue capaz de resistir su tentación.
Aunque a veces sabemos que estamos tomando la decisión equivocada, pensamos que ya estamos tan inmersos, tan lejos en el camino equivocado, que es demasiado tarde para dar marcha atrás. Sin embargo, la sotá nos enseña una lección hermosa: nunca es demasiado tarde para agarrar tu iétzer hará y hacer lo correcto. Es por esta razón, por haberse dado vuelta a pesar de estar tan lejos en el camino incorrecto, que ella es recompensada.
Nunca es demasiado tarde para cambiar las cosas y tomar un nuevo rumbo, para frenar nuestras acciones, sin importar dónde nos encontremos. Y cuando lo hacemos, Dios sin duda recompensará nuestros esfuerzos, coraje y determinación, tal como lo hizo con la sotá.
Ejercicio:
Si tomas conciencia a mitad de una transgresión, detente antes de continuar y llegar más lejos. Por ejemplo, estás hablando con un amigo y, antes de que te des cuenta, estás en medio de contar un chisme jugoso. En lugar de pensar que ya es demasiado tarde y que mejor terminas la historia, recupérate, detente y evita seguir transgrediendo.
The post Nunca es demasiado tarde appeared first on AishLatino.com.