
En la mañana del 7 de octubre, el comandante retirado Noam Tibon y su esposa estaban nadando en la costa de Tel Aviv cuando escucharon sonar la primera sirena por ataque de cohetes. Al principio pensaron que era un incidente aislado que pronto sería interceptado por el sistema Cúpula de Hierro, así que continuaron nadando. Pero luego comenzaron a sonar más sirenas, una tras otra, y sintieron que algo andaba mal.
Poco después, comenzaron a recibir mensajes de su hijo Amir, que se encontraba refugiado en una habitación segura en el Kibutz Nahal Oz con su esposa y sus dos hijas pequeñas: “Papá, hay terroristas justo afuera de nuestra casa. Puede que incluso estén adentro”.
Noam corrió a casa con su esposa y tomó su pistola. Ella se ofreció a conducir para que él pudiera contactar a conocidos en el ejército durante el trayecto. Pero nadie sabía cómo ayudar. De algún modo, Noam supo que él era la única esperanza de su hijo.
Como escribió su hijo Amir en su libro Gates of Gaza: “Cinco minutos después, aproximadamente a las 8:30 a. m., volvió brevemente la conexión y recibí otra llamada de mi padre. ‘No salgan de la habitación segura, pase lo que pase’, me dijo. Podía oír que hablaba desde un auto en movimiento: ‘Vamos a sacarlos de ahí’”.
El heroico recorrido de Noam Tibon para rescatar a su familia y salvar muchas vidas en el camino demuestra los valores de un padre judío.
Este día del padre, aprendamos de los cinco valores manifestados por Noam Tibon y por todos nuestros padres que han sostenido nuestras vidas y nuestras familias hasta hoy:
1. Mi familia es mi vida
Noam estaba completamente enfocado en su misión de llegar a Nahal Oz para rescatar a su familia. Él no recuerda haber tenido muchos pensamientos mientras avanzaba para llegar hasta su hijo y nietas. Pero de vez en cuando, incluso mientras conducía hacia el sur y disparaba a terroristas, pensaba: “¿Cómo seguiré viviendo si, cuando llegue, mi familia ha sido asesinada? ¿Cómo podré continuar?”
Como dijo Noam Tibon en incontables entrevistas después del 7 de octubre: “Este es el instinto de todo padre y abuelo: harás todo para salvar a tus hijos. Tu familia lo es todo”.
2. Los atajos pueden ser peligrosos
Cuando Noam llegó a la casa de su familia en Nahal Oz, finalmente les dijo a los soldados que lo acompañaban que esa era la casa de su hijo. Antes de eso, había estado recorriendo casa por casa con el grupo de soldados, despejando cada hogar de terroristas. Él compartió su experiencia como comandante con los jóvenes soldados, pero no se apresuró a verificar primero a sus hijos y nietas.
En numerosas entrevistas, Noam explicó que cada vida en cada casa de ese kibutz era preciosa, y de acuerdo con sus valores, no podía priorizar a sus propios hijos sobre los hijos de otros.
Noam explicó que en la vida, los atajos pueden ser peligrosos. Y en la guerra, los atajos simplemente pueden matarte. Tuvieron que comenzar desde el borde del kibutz y avanzar sistemáticamente hacia la casa de su hijo, para no ser sorprendidos por terroristas a sus espaldas. Tenían que seguir un sistema y apegarse a él como equipo. Cuando tomas un atajo, puedes perderlo todo.
3. No dejas a nadie atrás
Cuando iba camino a rescatar a su hijo, su nuera y sus nietas, Noam cambió de dirección dos veces. La primera fue cuando se acercaban a la frontera, y él y su esposa vieron a una pareja del festival Nova parada aterrorizada en medio del camino. Esto sucedía justo al lado de un tiroteo entre la policía israelí y un vehículo de Hamás lleno de terroristas. Noam y su esposa supieron de inmediato que, si no ayudaban a esa pareja, el esposo y la esposa (también padres de niños pequeños) serían asesinados.
Sin siquiera hablar entre ellos sobre la decisión, condujeron con la pareja durante media hora en dirección opuesta para salvarlos.
Una hora después, cuando Noam estaba a sólo un kilómetro de Nahal Oz, un soldado que luchaba a su lado fue herido de bala en el estómago.
“Sabía por experiencia que este soldado necesitaba llegar a un hospital en una hora para sobrevivir. Estaba tan cerca de llegar a mis hijos y nietas. Pero en lo más profundo de mí sabía: no dejas a nadie atrás. Este soldado, de apenas 18 años, también era hijo de alguien. Así que me di la vuelta por segunda vez ese día. Y eso es de lo que más orgulloso me siento al mirar atrás. Un padre judío tiene compasión por los hijos de todos. Nunca deja a nadie atrás”.
4. Cuando tienes miedo, encuentras el modo
Cuando le preguntaron a Noam cómo él y su hijo Amir, encerrado en una habitación oscura con sus pequeñas hijas que no habían comido ni visto la luz del día en horas, no entraron en pánico, Noam habló sobre el desafío del miedo: “La mayoría de las personas se paralizan cuando tienen miedo. Y todos tenemos miedo cuando enfrentamos escenarios horribles como el del 7 de octubre. Pero sí tienes una elección al enfrentar ese miedo. Y mi esposa y yo elegimos encontrar un camino.”
Ya fuera cruzar un campo en su jeep para evitar un puesto de control militar o conducir sin temor por caminos emboscados para salvar a otros judíos, Noam y su esposa no se paralizaron. Y dentro del kibutz Nahal Oz, Amir y su esposa Miriam también tenían miedo mientras escuchaban disparos justo fuera de su puerta. Pero tenían dos hijas pequeñas junto a ellos, y no podían congelarse.
En cambio, Amir recuerda: “Decidí hacerle una promesa a Carmel y Galia – y condicionarla a su comportamiento. Ambas eran lo suficientemente maduras como para entender la dinámica de dar y recibir: ‘Si se portan bien, podrán ver televisión después de cenar’ siempre funcionaba. Esta vez, sin embargo, la promesa no dependía de mí, y sólo podía esperar que no fuera falsa. Respiré hondo y dije: ‘Niñas, si todos nos quedamos callados, entonces Saba vendrá a sacarnos de aquí’”.
5. Estoy aquí
Cuando Noam Tibon finalmente llegó a la casa de su hijo y golpeó la ventana de acero del refugio, todo lo que dijo fue: “Estoy aquí.”
Como Amir recuerda en su libro Gates of Gaza: “Cuando escuchamos la voz de mi padre al otro lado de la ventana del refugio, Galia fue la primera en hablar. Simplemente dijo: ‘Saba está aquí’… Pude oír el agotamiento en su voz. Estaba abrumada por los eventos del día, pero en ese momento, por primera vez en horas, también sonaba feliz. Mi padre entró por la puerta y me abrazó. Durante al menos cinco segundos, nos quedamos allí en silencio, abrazándonos.”
Al celebrar este día del padre en todo el mundo, tengamos en mente esas tres palabras que representan adecuadamente el rol de un padre judío:
“Saba está aquí”.
The post Una historia especial para el día del padre appeared first on AishLatino.com.